El puerperio o “cuarentena” se refiere al período de 40 días después de que una mujer da a luz. En la cultura española, tradicionalmente es un período en el cual la nueva madre y el niño descansan y permanecen en casa. Coincide con el proceso físico y hormonal en el que cuerpo de la mujer vuelve a la normalidad después del embarazo y parto.
Estoy casi en el final de mi cuarentena que termina esta semana. Ha sido una experiencia muy interesante. ¿Por qué? Bueno, antes de dar a luz no tenía ni idea de lo que haría, cómo sentiría o lo que necesitaría durante este tiempo. Algunas amigas me aconsejaron llenar la despensa para no salir en un mes y otras mamás relataron sus experiencias de descanso y recuperación que se prolongaron durante una semana o 10 días. Era una tierra misteriosa y como estaba todavía en el país del embarazo, tomé la decisión de fluir con lo que sintiera cuando el momento finalmente llegara.
Dar a luz es una montaña rusa emocional, incluso para una madre que ha dado a luz de la manera que ella ha querido. Además para mí, que tuve que parir en el hospital cuando realmente no quería (ver mis dos articulos sobre el parto 1 y 2), el puerperio ha sido un periodo de tiempo para asimilar todo lo que ésto me trajo además de gestionar los cambios hormonales que ocurren naturalmente trás el parto. Así que los primeros 10 días después del nacimiento de Lennon fueron intensos, emotivos, sensibles y cargados con una mezcla de lágrimas y gratitud.
Lentamente en las últimas 6 semanas mi mirada ha pasado de mí misma a Lennon y este tiempo del puerperio me ha proporcionado un espacio para poder concentrarme en esta nueva personita, en la lactancia materna, y en nuestra conexión. Estas semanas me han dado la oportunidad de permanecer mirando hacia el interior, permaneciendo en contacto conmigo misma y con mi mundo interno, que por el momento incluye otro ser encantador: mi hijo.
Durante este tiempo, rara vez he salido de casa y he limitado las visitas a una al día. Los visitantes me nutren y a la vez me sacan hacia afuera, asi que he necesitado encontrar un equilibrio entre el apoyo de otros y mantener esa mirada hacia adentro.
Todavía me regalo el lujo de una mañana en la cama con Lennon, cuando Maria, Fionn y Nayra han salido de casa a hacer alguna actividad. Le tengo durmiendo encima de mí mientras que leo, escribo o conecto virtualmente con amigos. Mi lado activo y trabajador me ha permitido este otro ritmo suave y lento durante mi “cuarentena”. Espero poder seguir regalándome a mi misma estos preciosos momentos después de que lo 40 días hayan pasado.
Y poco a poco empiezo a volver a las tareas domésticas: cocinar, limpiar, mantener el orden… con esa vuelta, ha habido un proceso de aterrizaje. El parto me llevó a otra dimensión, sus consecuencias son aún desconocidas, pero ahora reconozco que ha habido un gradual retorno en las últimas semanas al plano más terrenal. Este cambio no ha pasado de un dia para otro. He sido capaz de dejar que ocurra lentamente. Escuchando mi propio termómetro interno de cuánto contacto y cuánta actividad necesitaba cada día.
Mi cuarentena no hubiera sido sido posible sin el amor y atención (comidas hechas, frutas y verduras y compras) de muchos amigos y familiares. ¡Gracias!
Mi idea es marcar el final de mi cuarentena con un baño en el mar, algo que ha estado prohibido para mi desde el nacimiento de Lennon, y un picnic con los que nos apoyaron en esos primeros días tan intensos.
La cuarentena termina, pero mi plan es aferrarme a su espíritu de deleitarse en el momento presente, escuchar a mi corazón y mi sabiduría interior, respetando mis ritmos… elementos que me proporcionan significado y gran vitalidad.
Wow, suena maravilloso, Brenda!! Enhorabuena por haber podido descansar y disfrutar tanto, por estar tan conectada!!! Tengo ganas de conocer a Lennon! Un abrazo.
Gracias mujeres sabias!, muchas felicidades!